Bueno, ayer se me cayó un muffin en plena Avenida Santa Fe y lo levanté y lo seguí comiendo.
Y hace tres días se me cayó y se abrió un tarrito de pistachos entero en la calle y los levanté todos, los guardé, y cuando llegué me los comí.
Hoy no amanecí descompuesta.
*Vale aclarar que iba a un colegio de monjas. Los pisos brillaban.
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